viernes, junio 28

Los rayos de sol rozaban su piel y  las lágrimas recorrían el camino de sus mejillas, como si conocieran el recorrido de memoria. Había escapado del tema con agilidad por mucho tiempo, y lo había echo con destreza, sin errores. Y en tan pocos segundos esa barrera que había podido construir tan bien, se había derrumbado y el problema salió a la luz otra vez. Eran las mismas preguntas y los mismos miedos, además de nuevas decepciones. Era la soledad, que la ataca de nuevo y le demostraba cuan débil era.