Lloró porque todo había cambiado. Lloró porque se acordó de lo que algunas ves fue y pensó en lo que podría haber sido. Lloró porque no había nada que la haga sonreír. Lloró y lloró. Lloró porque era débil, porque se cansó de apostar y perder. Lloró, cayó en la realidad, suspiró hondo y volvió a llorar. Lloró hasta sentirse mas inútil, hasta sentir que no valía absolutamente nada. Lloró porque estaba desprotegida, enamorada y perdida. Lloró porque era lo único que su corazón quería, lo único real que el podía sentir. Lloró hasta sentir las lágrimas caer sin parar por sus mejillas, lloró porque no había nada mejor para hacer. Lloró porque el mundo también lloraba y no había nada que le garanterizara que podría estar mejor. Lloró porque el amor la volvió estúpida y ciega. Lloró porque los recuerdos felices no le alcanzaban, porque no tenía sueños ni metas. Lloró por culpa del amor que seguía amando. Lloró porque confió lo mas valioso a la persona más egoísta del planeta. Lloró y la noche recién comenzaba.