Cuesta saber que otra vez caíste, y que no tienes a nadie que te pueda ayudar. Saber que alguien se llevó todas tus ganas, todo lo que tenías y nunca se preocupará por devolvértelo . Preocuparte por algo que no tiene solución, algo que parece importarle muy poco a todos. Todo se empeora día a día, cuando te das cuenta que nunca vas a encontrar una mirada entre tantas caras. Que aunque estés rodeado de muchas personas, estas totalmente solo.
Tan acostumbrado a no ser,
a desconfiar, a no ganar.
Tan acostumbrado a no ser,
a desconfiar, a no ganar.